Planificación Financiera y Ahorro
Planificación del Ahorro:
En la introducción sobre Educación Financiera hemos hablado sobre la importancia del ahorro para conseguir objetivos. En este punto lo que vamos a hacer es un recorrido inverso desde el objetivo hasta el ahorro necesario para conseguirlo.
La planificación del ahorro no es una ciencia exacta, depende de factores personales. El objetivo de nuestro proyecto es asesorar sobre la gestión del patrimonio, ya que sobre la planificación del ahorro creemos que no existe más regla de oro que el propio sentido común. Igualmente vamos a dar algunos consejos que van a ser muy útiles para el lector.
Decir que todo el mundo tiene que ahorrar obligatoriamente sería absurdo, ya que hay gente que gasta lo que ingresa para poder sobrevivir. Pero es verdad que aquellos que tienen capacidad de ahorro (más ingresos que gastos) tienen que hacer un esfuerzo para destinar fondos a crear un patrimonio que les permita a la larga conseguir sus objetivos.
Nuestro consejo respecto al método de ahorro es bastante simple, cada individuo o familia debe utilizar aquel con el que se encuentre confortable. Estos son dos métodos posibles:
- Ahorrar la máxima cantidad posible una vez se hayan cubierto los costes del estilo de vida actual.
- Ahorrar mensualmente una cantidad fija como porcentaje de los ingresos (por ejemplo un 20% o 30%)
Sin importar el método utilizado, ahorrar es imprescindible, no solo para los objetivos más personales, sino para los generales y necesarios como son el fondo de seguridad y la jubilación.
Fondo de Seguridad:
En un lenguaje entendible podríamos definirlo como aquella cantidad de dinero destinada a cubrir posibles imprevistos. Pueden surgir eventos inesperados que si no se provisionan adecuadamente podrían suponer un descalabro financiero. Algunos de estos eventos podrían ser la pérdida del empleo o gastos médicos extraordinarios entre otros. Cada uno debería pensar cuáles son sus posibles imprevistos, así como su probabilidad de ocurrencia, y de este cálculo resultaría el fondo de seguridad.
Realizar estas estimaciones es bastante complicado, por lo que un método alternativo podría ser reservar la cantidad de dinero necesaria para mantener el estilo de vida, si por ejemplo uno o dos miembros de la familia perdieran el empleo durante un año.
Esta cantidad puede ser menor o mayor en función de la naturaleza de cada persona y la situación económica que esté viviendo su región. Nuestro consejo es destinar la cantidad que te haga sentir seguro y capaz de afrontar un posible evento. Aunque lo explicaremos en el apartado "Composición de una cartera" anticipamos que la cantidad destinada a este fin debe ser una combinación optimizada de activos de alta liquidez (fácilmente disponibles) y bajo riesgo (su precio varía lo mínimo). Dentro de esta categoría se encuentran cuentas remuneradas, depósitos a muy corto plazo, así como el propio dinero en metálico o en cuenta.
Ojo, cuando nos referimos a gastos imprevistos, quiere decir que en circunstancias normales no tienen por qué ocurrir. Facturas que vienen una vez al año como pueden ser las de los distintos Seguros, o la llamada "Contribución" no son gastos imprevistos. Si sueles gastar al límite de vuestros ingresos conviene que tengas estos conceptos en cuenta y reserves la parte proporcional que corresponda a cada mes.
Con los automóviles se da una situación similar. Te proponemos hacer el siguiente ejercicio, convertir el gasto de coche a mensual, esto sirve para comprender que parte de tus ingresos han de destinarse a la compra de vehículo.
Primero piensa cuándo vas a vender tu coche actual, por cuánto, y cuánto pretendes gastarte en el siguiente. A lo que te pretendes gastar en el siguiente coche le restas lo que te darán por el tuyo actual y le sumas las revisiones que has de afrontar, las posibles reparaciones y las letras del seguro hasta la compra. A continuación restas lo que tengas ahorrado para el siguiente coche, si es que tienes algo, y obtendrás el importe total de gasto en vehículo. Ahora solo te queda dividir entre el número de meses que quedan hasta la compra, el resultado es tu gasto mensual en vehículo (aparte del combustible claro está). Por lo cual deberías ir reservándolo cada mes.
Esto no solo sirve para que tengas conciencia de lo que te cuesta al mes el coche, sino para reservar cada mes lo necesario para que cuando compres el siguiente, no te suponga ningún esfuerzo adicional.
Recomendamos que los automóviles se compren al contado (tal y como hemos explicado, reservando dinero para la futura compra) y no financiados. La diferencia es que en una de sus modalidades tú pagas intereses, y en la otra te los pagan a ti. La diferencia puede ser muy considerable. En estos casos, se hace realidad el dicho "Hombre/Mujer precavid@ vale por dos". Nuestro consejo es que no compréis un automóvil por encima de vuestras posibilidades.
Esto que hemos explicado para un vehículo es aplicable para todos aquellos desembolsos que se realizan cada cierto tiempo, convertirlos en un gasto mensual y aprovisionarlos, es una opción muy recomendable.
La falta de liquidez puede ser un problema bastante dramático, llegando incluso a requerir la venta de algún activo con urgencia, como por ejemplo el propio hogar, a un precio menor del que se conseguiría en circunstancias normales. Planificad bien vuestro ahorro, y haced que el dinero trabaje para vosotros y no al revés.
Jubilación:
Una vez cubierto el fondo de seguridad, el siguiente objetivo debería ser mantener el estilo de vida después de la jubilación. En nuestro país en concreto existe un sistema público de seguridad social, que entre otras funciones tiene la de soportar las pensiones de los jubilados.
En principio con el sistema público de pensiones podría parecer que el objetivo de ahorro para la jubilación estaría ya cubierto. Existen varias razones para pensar que no es suficiente con esto:
En la mayor parte de los casos la pensión no cubre el 100% del sueldo que se tenía justo antes de la jubilación. Además existe un importe máximo, lo que puede suponer que la pensión pública de jubilación sea muy inferior al último sueldo percibido. En ambos casos habría que completarla con ahorro.
Nuestro sistema público de pensiones tiene a nuestro juicio un problema incluso peor. A modo resumen, utilizan un sistema que se denomina "Capitalización Solidaria". Este nombre es bastante romántico a priori, pero en la práctica tiene otras connotaciones menos atractivas. A diferencia del sistema de "Capitalización individual" (propio de los planes de pensiones privados) donde lo que cada uno va ahorrando, al final de un periodo se devuelve más la rentabilidad que haya ido acumulando. En el sistema público de capitalización solidaria, solo lo que has aportado los últimos 15 años antes de retirarte, se tiene en cuenta para el cálculo de tu pensión.
Una vez que estás jubilado digamos que son los que están trabajando los que aportan con sus impuestos tu pensión. Esto es así ya que en 15 años de impuestos a la seguridad social no acumulas una cantidad que te permita vivir de la renta otros 15 o 20 o incluso 30 años más.
Este sistema aparte de ser bastante opaco y poco transparente, ya que no terminas de tener claro dónde van tus impuestos, tiene un problema de base, y es que se está teniendo en cuenta que la tasa de natalidad será siempre constante o creciente, y por otro lado no se tiene en cuenta que la esperanza de vida aumenta cada año. Es decir, se parte de la premisa de la pirámide de población.
Esto significa que la proporción de jubilados respecto a los trabajadores activos cada vez será mayor, ya que la pirámide de población, no tiene forma de pirámide como se esperaba. El grueso de la población, (los que nacieron en un boom de natalidad) se está jubilando ahora y en los años venideros.
Hoy en día se prevé que existirán graves problemas respecto a este tema, la natalidad es baja y la esperanza de vida sigue aumentando, lo que supone que el sistema tal y como está planteado actualmente colapsará. Habrá más jubilados que empleados, y si los empleados han de mantener a los jubilados, no habrá fondos disponibles.
El paso hacia un sistema de capitalización individual es inminente tal y como se ha hecho en otros países de Europa. Es una realidad que ningún gobierno quiere afrontar este tema por la polémica que suscitaría. Cuando me refiero a un cambio en el sistema de pensiones, no tienen que ser necesariamente privadas, hay varias vías que se pueden tomar.
Lo que sí es cierto es que el gobierno cada vez más, fomenta y bonifica fiscalmente el uso de planes de pensión privados como alternativa para la jubilación.
La planificación financiera para la jubilación es un objetivo obligatorio para la práctica mayoría de personas. Cuanto antes se tenga en cuenta, menos esfuerzo supondrá, como explicamos en los siguientes puntos.
Hemos descrito objetivos que creemos obligatorios, además de estos existen muchos otros que dependiendo de cada persona, puedan ser incluso más importantes. El objetivo de este apartado era hacer entender al lector la importancia de la planificación financiera y el ahorro. Esperamos haberlo conseguido.